martes, 3 de julio de 2012

Maternidad

Cuando me plantee escribir esta nota pensaba abordar la forma en que las madres facilitamos que l@s niñ@ se adapten a los roles tradicionales de lo que se espera al ser mujer o ser hombre. Sin embargo, mis ideas han ido cambiando con mi experiencia, he descubierto las dificultades que muchas mujeres hemos tenido para experimentar un parto natural, para amamantar y criar a nuestr@s hij@s. Algo que pareciera tan esperable, tan natural, hoy en día se considera extraordinario, ¿por qué? Quizas no he leido lo suficiente para comprender, pero lo que he ido explorando se relaciona con un profundo cambio en nuestra historia con la llegada de la medicina y el poder que le hemos atribuido. Si bien, han disminuido las tasas de fallecimiento materno y neonatal, esto ha ocurrido tras un costo enorme: separarnos de nuestra naturaleza. Hay amplios sectores de la sociedad caraqueña que ni siquiera aspiran a tener sus hij@s de forma natural, ni darles todo el alimento emocional y físico que significa la leche materna. Muchas mujeres de mi ciudad asumen que nuestra naturaleza es deficiente y se rinden ante las primeras dificultades. Para muchas madres de Caracas lo "normal" es dejar a tu hij@ en la guarderia a los 4 o 6 meses, no acompañarlos a crecer, y por tanto crecer como madres y sanar como mujeres. Este ha sido mi aprendizaje, descubrirme como mujer capaz de gestar vida, descubrir que mi utero anida perfectamente, alimenta, permite el desarrollo de la vida, que mis senos estan hechos para nutrir, para dar calor, afecto, consuelo. Mi aprendizaje ha sido encontrar dentro de mi a la niña para comprender y responder al dolor, la alegria, la tristeza, al miedo y la curiosidad de mis hijos en sus procesos de crianza. Y que de manera natural estoy dotada para protegerlos y acompañarlos en su crecimiento. Me gustaria que mis hijos, que son dos varones, leyeran esto y cuando decidan ser padres lo hagan con conciencia y amor. Seguro que les hablaré de la perfección del cuerpo femenino, del amor que somos capaces de dar en el mismo momento en que los concebimos, los gestamos, los parimos, amamantamos y criamos. Y si es cuestión de género, las mujeres cedimos nuestro poder natural ante la razón médica, y si es cuestión de género porque hasta por socialización ahora nos parece normal la cesarea, el tetero o biberon y la guarderia para l@s bebés. Eso significa estar de acuerdo con los roles estereotipados, no !!! lo que significa es que necesitamos darle espacio a la crianza tanto en la vida de las madres como la de los padres, conciliar la vida laboral y familiar, de manera que l@s mas vulnerables (l@s bebés) no queden excluid@s por no ser parte del sistema productivo o por entorpecer el trabajo economicamente productivo de las mujeres que deciden ser madres. Es género y sería labor de políticas públicas favorecer la reconexión de la mujer con su corporalidad, sus emociones, su naturaleza, en lugar de favorecer los gastos y las intervenciones médicas innecesarias.